Bajo Llave Digital: Mayordomía de la Privacidad Cristiana

Escrito el 01/06/2025
Alejandro Bouchard


Introducción: la preocupación creciente por los datos

La inteligencia artificial y las plataformas digitales recolectan hoy ingentes cantidades de información personal: nombres, ubicaciones, hábitos de lectura, registros de oración, decisiones financieras… Estos datos, en manos de iglesias, ministerios o apps de discipulado, pueden convertirse en herramientas de edificación —o en fuentes de exposición y vulneración. Como creyentes, debemos preguntarnos: ¿cómo cuidamos la intimidad de cada hermano y hermana, manteniendo la confianza que nos han depositado?


2. Fundamento bíblico de la privacidad

  • Mateo 6:6: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta…”
    La intimidad con Dios se cultiva en secreto; así también debemos valorar los espacios privados de las personas.

  • Proverbios 25:9–10: “No entres a pleito ajeno… no sea que te avergüences…”
    Defender el honor y la confidencialidad ajena es un mandato de sabiduría.

  • Principio de dignidad humana: Cada persona está hecha “a imagen de Dios” (Génesis 1:27) y merece respeto a su vida privada.


3. Riesgos comunes en la iglesia digital

  1. CRMs sin control de accesos

    • Listados de miembros consultables por todos los voluntarios.

    • Información sensible (historial pastoral, datos de salud) disponible sin protocolo.

  2. Grabaciones de encuentros compartidas sin permiso

    • Testimonios y oraciones familiares difundidos en redes abiertas.

  3. Chatbots y asistentes virtuales

    • Conversaciones pastorales almacenadas y analizadas por terceros.

  4. Filtraciones de datos

    • Boletines con direcciones de correo o teléfono expuestos a bots de spam.


4. Buenas prácticas de protección de datos

  • Consentimiento informado

    • Formularios claros antes de grabar audio, video o recopilar testimonios.

  • Control de accesos

    • Definir roles: quién puede ver, editar o exportar datos (pastores, administradores de la app, voluntarios).

  • Cifrado y contraseñas seguras

    • Plataformas que ofrezcan HTTPS y cifrado de datos en reposo.

  • Política de retención

    • Eliminar o anonimizar datos que ya no sean necesarios (p.ej., de quienes dejan la congregación).

  • Auditoría periódica

    • Revisar cada seis meses quién accede a la información y con qué propósito.


5. Herramientas y recursos

Área Herramienta Uso sugerido
Gestión de miembros ChurchSuite, Breeze Control de roles, cifrado y auditoría de accesos
Formularios y consentimientos Google Forms + add-on de firma Recolección de permisos antes de grabar o recopilar datos
Mensajería segura Signal, Telegram con chats privados Comunicación interna de voluntarios y líderes
Almacenamiento cifrado Dropbox Business, OneDrive con S/MIME Archivos de audio y video protegidos y compartidos bajo permisos
Políticas y plantillas GDPR templates (adaptados) Plantillas de aviso de privacidad y manual de buenas prácticas

6. Formación y cultura de cuidado

  1. Talleres prácticos

    • Simulacros de brechas de datos y protocolos de respuesta.

  2. Devocionales sobre honor y secreto

    • Reflexión grupal en torno a historias bíblicas de confianza y discreción (p.ej., Ruth y Noemí).

  3. Mentorías de privacidad

    • Voluntarios formados como “guardianes de datos” que acompañen a cada área del ministerio.

  4. Guías de conversación

    • Preguntas para supervisar:

      • ¿Quién necesita acceso a esta información?

      • ¿Cómo garantizamos la confidencialidad de este testimonio?


7. Conclusión y llamado a la acción

Proteger la privacidad no es un trámite burocrático, sino un acto de mayordomía y amor al prójimo. Cada dato que recolectamos debe administrarse con el mismo cuidado con que custodiaríamos una confidencia pastoral. Te invito a:

  1. Revisar hoy mismo tus sistemas de gestión de datos.

  2. Implementar al menos dos de las buenas prácticas descritas.

  3. Formar un pequeño grupo de responsabilidad digital en tu iglesia o ministerio.

De este modo, garantizamos que nuestra comunidad pueda crecer en confianza y libertad, sabiendo que su intimidad está en manos fieles, guiadas por la Palabra de Dios.


“Examinadlo todo; retened lo bueno.”
— 1 Tesalonicenses 5:21