Introducción: la preocupación creciente por los datos
La inteligencia artificial y las plataformas digitales recolectan hoy ingentes cantidades de información personal: nombres, ubicaciones, hábitos de lectura, registros de oración, decisiones financieras… Estos datos, en manos de iglesias, ministerios o apps de discipulado, pueden convertirse en herramientas de edificación —o en fuentes de exposición y vulneración. Como creyentes, debemos preguntarnos: ¿cómo cuidamos la intimidad de cada hermano y hermana, manteniendo la confianza que nos han depositado?
2. Fundamento bíblico de la privacidad
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Mateo 6:6: “Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta…”
La intimidad con Dios se cultiva en secreto; así también debemos valorar los espacios privados de las personas. -
Proverbios 25:9–10: “No entres a pleito ajeno… no sea que te avergüences…”
Defender el honor y la confidencialidad ajena es un mandato de sabiduría. -
Principio de dignidad humana: Cada persona está hecha “a imagen de Dios” (Génesis 1:27) y merece respeto a su vida privada.
3. Riesgos comunes en la iglesia digital
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CRMs sin control de accesos
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Listados de miembros consultables por todos los voluntarios.
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Información sensible (historial pastoral, datos de salud) disponible sin protocolo.
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Grabaciones de encuentros compartidas sin permiso
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Testimonios y oraciones familiares difundidos en redes abiertas.
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Chatbots y asistentes virtuales
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Conversaciones pastorales almacenadas y analizadas por terceros.
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Filtraciones de datos
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Boletines con direcciones de correo o teléfono expuestos a bots de spam.
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4. Buenas prácticas de protección de datos
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Consentimiento informado
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Formularios claros antes de grabar audio, video o recopilar testimonios.
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Control de accesos
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Definir roles: quién puede ver, editar o exportar datos (pastores, administradores de la app, voluntarios).
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Cifrado y contraseñas seguras
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Plataformas que ofrezcan HTTPS y cifrado de datos en reposo.
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Política de retención
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Eliminar o anonimizar datos que ya no sean necesarios (p.ej., de quienes dejan la congregación).
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Auditoría periódica
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Revisar cada seis meses quién accede a la información y con qué propósito.
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5. Herramientas y recursos
| Área | Herramienta | Uso sugerido |
|---|---|---|
| Gestión de miembros | ChurchSuite, Breeze | Control de roles, cifrado y auditoría de accesos |
| Formularios y consentimientos | Google Forms + add-on de firma | Recolección de permisos antes de grabar o recopilar datos |
| Mensajería segura | Signal, Telegram con chats privados | Comunicación interna de voluntarios y líderes |
| Almacenamiento cifrado | Dropbox Business, OneDrive con S/MIME | Archivos de audio y video protegidos y compartidos bajo permisos |
| Políticas y plantillas | GDPR templates (adaptados) | Plantillas de aviso de privacidad y manual de buenas prácticas |
6. Formación y cultura de cuidado
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Talleres prácticos
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Simulacros de brechas de datos y protocolos de respuesta.
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Devocionales sobre honor y secreto
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Reflexión grupal en torno a historias bíblicas de confianza y discreción (p.ej., Ruth y Noemí).
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Mentorías de privacidad
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Voluntarios formados como “guardianes de datos” que acompañen a cada área del ministerio.
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Guías de conversación
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Preguntas para supervisar:
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¿Quién necesita acceso a esta información?
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¿Cómo garantizamos la confidencialidad de este testimonio?
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7. Conclusión y llamado a la acción
Proteger la privacidad no es un trámite burocrático, sino un acto de mayordomía y amor al prójimo. Cada dato que recolectamos debe administrarse con el mismo cuidado con que custodiaríamos una confidencia pastoral. Te invito a:
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Revisar hoy mismo tus sistemas de gestión de datos.
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Implementar al menos dos de las buenas prácticas descritas.
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Formar un pequeño grupo de responsabilidad digital en tu iglesia o ministerio.
De este modo, garantizamos que nuestra comunidad pueda crecer en confianza y libertad, sabiendo que su intimidad está en manos fieles, guiadas por la Palabra de Dios.
“Examinadlo todo; retened lo bueno.”
— 1 Tesalonicenses 5:21

